Miles de prendas terminan en la basura generando un detonante para la contaminación ambiental.
Tijuana, Baja California.- Cuando escuchamos o leemos sobre el calentamiento global, el daño al medio ambiente y el desgaste del planeta tierra, lo primero que suele venir a la mente es la imagen de toneladas de basura, aguas residuales, tala de árboles, empresas arrojando químicos y gases al aire libre, todo esto por separado, pero ¿qué pasaría si te dijéramos que lo que hoy traes como vestimenta es el producto de todo lo antes mencionado?, así es, lo que hoy es tendencia dentro de la moda está acabando con el mundo.
Lo anterior lo comentó la presidenta de la asociación civil Hagamos Conciencia, Marisol Montaño, quien explicó que se le llama ‘Fast Fashion’ o ‘Moda Rápida’ (por su traducción al español), a todo diseño actualizado por las cadenas comerciales y que cada vez duran menos tiempo en la disponibilidad en el mercado generando una tendencia de la moda para las personas que gustan del buen vestir.
Señaló que no es malo buscar la manera de lucir con presencia en el día a día en cuestión de imagen de vestimenta, sin embargo resaltó que el impacto negativo viene con el desecho de las prendas que “pasan de moda” y al dejar de ser utilizadas terminan en montículos de grandes dimensiones entre la basura que daña directamente a nuestro planeta.
“La moda podrá ser rápida, hoy nos muestran una prenda y en cuestión de días ponen en oferta otra que llega a suplir la anterior, sin duda es rápido, pero el daño que se genera al plantea es lento y silencioso, y el efecto lo vemos reflejado al paso de los años, tan solo analicemos el retraso en la temporada de lluvias y nevadas en Baja California”, comentó.
Montaño mencionó que de acuerdo a estudios realizados por Greenpeace, los trabajadores de las empresas establecidas en distintos países en los que se fabrican las “Fast Fashion” llegan a trabajar de entre 14 a 16 horas diarias, por lo que señaló que no solo se trata de un problema para el medio ambiente sino también de explotación laboral y evidente violación a los Derechos Humanos.
“Este tipo de modas hacen que se compren más prendas de lo que necesitamos en el armario, y es que las empresas utilizan estrategias de mercadotecnia y ofertas bastante astutas para que el flujo de la oferta y la demanda no se detenga ni por un segundo”, comentó la presidenta de Hagamos Conciencia qué tan solo durante pandemia en México surgió la moda de compras en línea de productos/prendas que en su mayoría se utiliza pocas veces debido a su baja calidad, haciendo que no sea algo duradero.
Marisol Montaño explicó que la fabricación de prendas requiere de químicos que pueden llegar a ser altamente dañinos y muchos de estos terminan en ríos, mares, playas, toda vez que no existe aún autoridad que se enfoque en controlar y dar seguimiento al desecho de residuos de las fábricas, dando pie a que estos sean arrojados al drenaje.
Compartió, además, que el Fast Fashion convirtió el desierto de Atacama, Chile, en un gigantesco basurero en donde se puede apreciar montículos de ropa desde el espacio exterior, por ello Montaño reconoció a países como Canadá y Alemania que han tomado ya medidas ante este tipo de modas, impulsando el reciclaje.
En México, complementó, se estima que solamente el 5% de la ropa se recicla; “debemos de reconocer que nuestro país es consumista y esto abre las puertas a grandes marcas que impulsan el Fast Fashion sin un control, Greenpeace nos señala que México es el país de América Latina con más centros comerciales, tan solo en el año 2019 se tenían contabilizados 786, de los cuales 108 fueron construidos en Ciudad de México entre el 2006 y 2018”.
Marisol Montaño destacó que desde la asociación Hagamos Conciencia invitan a la población a no ser consumidores compulsivos de modas que pasan rápido, y buscar darle una segunda oportunidad de vida a las prendas que están en el armario antes de decidir arrojarlas a la basura, también se invita a las autoridades a generar políticas que puedan reforzar los trabajos que se vienen realizando para la protección del medio ambiente, pero ahora desde la visión del Fast Fashion, aunado a ello, las empresas, comentó, también pueden cambiar su forma de producción dejando a un lado lo lineal y dando paso al modelo circular.
“Esto implica aumentar la durabilidad de la ropa, es decir, darles una mejor calidad a las prendas que ofertan en el mercado, volver efectivo el uso de los recursos, dejar de utilizar sustancias dañinas para el medio ambiente, mejorar o impulsar campañas de reciclaje de la mano con sus ofertas”, añadió como conclusión Marisol Montaño al mencionar algunas de la sugerencias para las empresas que fabrican ropa y forman parte de las modas rápidas.